Una vez más regresamos a nuestra cita semanal con «Sé más eficaz» de David Allen. Tras el 15, vamos esta semana a por el capítulo 16 de la segunda parte del libro: Trabajar lo suficiente es imposible.
El autor inicia este capítulo invitándote a pensar sobre ese conseguir más, hacer más, trabajar más duro, esforzarse más. ¿Alguna vez te has planteado cuánto es suficiente? Es más, ¿alguna vez te has planteado si en lugar de más debería ser mejor, incluso menos en ocasiones?
Es una reflexión profunda que merecería que le dediques un momento. Quizá mejor, o menos, sean no solamente más sencillos de alcanzar. Quizá sean mejor opción, más gratificante, menos duro, y retornen mas valor.
Si se mueve, salúdalo. Si no se mueve, cógelo. Si no puedes cogerlo, píntalo. — Ejército de Estados Unidos
Allen te habla en el resto del texto acerca de esa trampa de estar ocupado, ese hacer por hacer que sirve de justificante para no llegar a todo, que aleja la angustia por no estar haciendo lo que realmente debería hacerse y que elimina de la ecuación tener que dedicar recursos a decidir qué sí y qué no antes de entregar tu atención.
No basta con estar ocupado… La cuestión es: ¿con qué estás ocupado? — Henry David Thoreau
Para ello pone como ejemplo a un ejecutivo en su proceso de limpiar su bandeja de entrada de su correo electrónico, ese primer aclarado/organizado que ha permitido ya a muchas personas ver qué aspecto tiene su bandeja de entrada vacía (algo que no habían visto, probablemente, desde que estrenaron su cuenta). El fin de este proceso es realmente gratificante, trae consigo una sensación de logro importante.
Si no sabes lo que estás haciendo, no sabes cuándo parar de hacerlo. — Autor desconocido
Producto de llevar a cabo este proceso, una consecuencia: Ahora tu trabajo, aquello que has decidido hacer, está organizado en un único lugar (listas, una carpeta en tu gestor de email, donde sea). Junto, listo para que puedas revisar y elegir qué hacer. Limpio, no mezclado con información con la que no es necesario que hagas nada, ni con basura.
Si lo piensas por un momento, nuestra tendencia es a comportarnos así —también fuera del correo electrónico, por supuesto—. Notas por la mesa, papeles que funcionan a modo de recordatorio de algo, post-its en el monitor de tu ordenador… desorganización que brinda el marco suficiente para que lo más sencillo sea dejarse seducir por lo último, lo más ruidoso o lo primero que salta a la vista. Pero seguro que sabes —Allen lo deja claro en este capítulo— que ése no es ni de lejos el mejor criterio que puedes tener en cuenta para elegir qué hacer o no hacer.
Si te encuentras en un agujero, lo primero que debes hacer es dejar de cavar. — Will Rogers
El primer paso es cambiar el marco. Disponer de un inventario completo de tu trabajo pendiente unificado —en un único lugar— al que puedas acudir para elegir qué hacer puede marcar el inicio de un modo de trabajar en que mejor, incluso menos, sustituyan a más. ¿Te animas a intentarlo?
Imagen de Muhammad Ribkhan en Pixabay
Deja una respuesta