Publicado originalmente en Septiembre de 2.003, «Sé más eficaz» (iBooks, Kindle, físico) de David Allen es su segunda obra, tras «Organízate con eficacia» de 2.001.

Según su propio autor nos indica ya con premura en la primera sección de agradecimientos -varios como es habitual, entre los que no podía faltar un espacio destacado para su esposa Kathryn- esta obra no ha sido concebida como tal desde un principio, como sí ocurrió con su anterior libro.
En esta ocasión, lo que David Allen pone en nuestras manos es fundamentalmente una recolección de material publicado en su web y enviado a los suscriptores de su newsletter electrónica desde 1.997 y a lo largo de seis años de escritos.
A mi parecer, se trata de la obra más accesible de Allen desde el punto de vista pedagógico. El formato de pequeños escritos independientes (aunque entralazados constuyendo bloques temáticos) y el lenguaje empleado le confiere un aire informal y lo convierte en un glosario de consejos que pueden ser leídos de forma independiente en pequeños ratos muertos, que nos aportan pequeñas reflexiones al tiempo de hacernos meditar sobre aspectos productivos fundamentales.
En la introducción posterior, Allen nos presenta más detalladamente el marco de lo que sigue.
Con referencias ineludibles a su anterior obra, pilar de la metodología GTD®, incide en las bondades de disponer de un método y apoyarse en el mismo de un modo sistemático, evadiendo los comportamientos «reactivos y circunstanciales» -es decir, actuar en caliente y sin seguir ningún tipo de pauta marcada-.
Paradójicamente, el autor habla de GTD® como una estructura que pueda encajar «con complejos estilos de vida y crear más libertad, no más límites» (Cuando por todos es sabido que los detractores de la metodología sustentan en muchos casos su postura argumentando una tremenda inflexibilidad por parte de la misma -lo cual pone de manifiesto su desconocimiento o incomprensión global de la metodología, como un todo-).
Esquema de la obra: Sé más eficaz de David Allen
A continuación Allen nos brinda un pequeño esquema con la estructura global del libro. Los 52 escritos se han repartido en cuatro áreas -mas una quinta de referencia a su anterior obra-:
1/ Identificar y recopilar todos nuestros pendientes, para recuperar claridad (el autor cita «recopilar e identificar», yo prefiero el orden inverso, que en realidad entiendo que es el natural a la hora de llevar a cabo esta misión). Poner orden a este nivel nos aportará la herramientas necesarias para disponer una mayor claridad y reducir nuestro estrés.
2/ «Distribuir conscientemente nuestro enfoque entre los niveles de resultados y responsabilidades» con que estamos comprometidos, de modo que podamos avanzar de un modo consciente en los frentes que deseamos y con la celeridad elegida.
3/ «Crear estructuras» funcionales a partir del material anterior, que no ayuden a la hora de enfocarnos en qué es lo importante para nosotros y avanzar en esos frentes.
4/ Utilizarlo todo ello para conseguir un avance real y perceptible. Hacer. Obviar las condiciones adversas, las disculpas autoimpuestas y la búsqueda del momento perfecto que nunca llega. Relajarse, tomar acción física -¿Qué puedo hacer ya para avanzar en este frente?-.
5/ A modo de referencia y recordatorio, la parte V sintetiza algunas de las prácticas esenciales descritas en «Organízate con eficacia».
Ya desde la introducción David Allen nos recuerda que, en ocasiones, un pequeño cambio produce un gran avance. Como colofón «liberador» para aquellas personas que no sienten la necesidad de seguir el método estrictamente, Allen reitera -porque ya en «Organízate con eficacia» nos informaba de ello- que se puede obtener beneficio de la aplicación individual de esta serie de consejos prácticos, sin aplicar la metodología GTD® como un todo (Aunque también ha de ser dicho, los beneficios de aplicar la metodología GTD® llegan a su nivel máximo con la combinación de todas y cada una de sus partes).
Lo interesante de los detalles
He dejado para el final un detalle.
Mención especial merece la dedicatoria que te encontrarás al abrir el libro (tras los necesarios datos editoriales):
A todos los que me enseñaron a aprender y a crecer, lo sepan o no. David Allen.
Una frase que ha llamado mi atención, hasta el extremo de que me he hecho con una edición en inglés para comprobar hasta qué punto la traducción de mi copia en castellano es literal. Y sí, es eso lo que reza.
Algo que en principio pasa completamente desapercibido, pero que ahí está: «A todos los que me enseñaron a aprender».
«¿Alguien me ha enseñado a aprender?» – Es lo primero que me he preguntado. No solemos pensar mucho en esto, al menos yo… aprendemos, y ya está.
Cuando queremos acometer algo desconocido para nosotros, tenemos dos opciones:
1/ O bien recurrimos a una fuente experimentada que nos guíe, que nos «enseñe» (Esto lo vivimos con extrema frecuencia quienes tenemos hijos -Papá, ¿Cómo se hace (…)?- )
2/ O bien estudiamos el abanico de opciones que podemos considerar desde nuestro desconocimiento y elegimos una. Y aprendemos a base de prueba/error. En ocasiones, si tomamos este camino, terminamos abandonándolo y adoptando el punto 1 por agotamiento…
Pero «enseñarte a aprender» es otra cosa. Es la raiz, es el «máster» definitivo a la hora de aprender. Si tienes herramientas para «aprender a aprender» ¿has pensado qué increíble avance es ese? ¿Lo que puede aportar a tu vida?
Y es que ligado a esto, tenemos la contraposición, el opuesto, la otra cara de la moneda; «aprender a aprender» está directamente ligado a «aprender a desaprender». Porque cuando debes actualizar o sustituir por completo creencias previas, debes primero «formatear» tu cerebro.
De este libro podrás aprender, y también podrás aprender a desaprender y aprender a aprender.
Y ahora, ¿Qué?
Te animo a hacerte con una copia del libro y seguir la serie, y por supuesto a que enfrentemos puntos de vista en los comentarios de esta entrada. La amplitud de miras será sin duda el elemento más enriquecedor de estas entradas.
P.D.: Me he encontrado con una enorme -y grata- sorpresa. Sabía, o intuía, que comenzar esta sección con este libro en concreto no sería nada extremadamente novedoso, ni original; sin embargo el formato del libro me ha parecido excelente para comenzar y no le he dado más vueltas.
Pero buscando algo de material para enlazar… ¡Bingo! Salta a mi navegador cómo Paz Garde ha revisado este libro capítulo por capítulo en su blog Redes Productivas. Mi primer impulso ha sido ponerme a leer, sin embargo y aunque ganas no me faltan, creo que hacerlo redundaría negativamente en el contenido de las siguientes entradas, en el sentido de que me aclararía o cambiaría mi percepción sobre determinados aspectos. No obstante, cuando termine las entradas me faltará tiempo para leerme la serie, y por supuesto os animo desde ya mismo a que conozcáis más sobre esta obra de la mano de Paz.
Una entrada genial Sergio, reflejas un aspecto en el que no había caído. Podrías anunciar a que partes del libro va a hacer referencia en tu próxima entrada? Desgranarás capítulo por capítulo? Hay una serie de aspectos que me gustaría comentar, pero no quiero anticiparme.
Hola Jorge,
Muchas gracias por tu comentario.
En principio, mi idea es desgranar el libro tocando cada uno de los capítulos con una regularidad «casi siempre» semanal. Digo «casi siempre» porque quiero intercalar otros artículos menores para romper un poco con la monotonía que supone una serie tan larga.
Saludos!
En mi opinión, enseñar a aprender puede ser un acto pasivo de la otra persona. De ahí el «los sepan o no». En ese sentido indica una introspección hacia la situación actual, había una crítica dura o ante un palo de esos que nos da la vida. Hay gente que se achica, que no se adapta y viven en la crítica, el rencor, la mala leche. Hay otras personas que evalúan cómo han llegado a esa situación y cambian su modo de actuar, su estrategia de juego (como diría D.Allen). No se trata de buscar culpables, sino soluciones, de aprender de nuestros errores, de nuestras vivencias. De otra forma vivimos anclados en el pasado, en lo que podría haber sido pero no fué.
Sin duda Jorge,
En cualquier área de nuestra vida, las actitudes que presentemos juegan un papel absolutamente fundamental en la huella que los acontecimientos nos dejan. Y fruto de ello, aprendemos en mayor o menor medida.
Los seres humanos aprendemos cada día, de las cosas más insignificantes. Cualquier acontecimiento nuevo para nosotros, por insignificante que sea, nos aporta conocimiento (que luego podemos utilizar o no). Esto incluye a las personas que nos rodean (incluso a aquellas que «nos cruzamos» en momentos puntuales). Nuestros sentidos recogen información y toda ella es válida para aprender.
A partir de esto, una persona puede «dejarnos huella» de un modo involuntario y por algún detalle simple, mientras otra puede poner empeño en enseñarnos algo y sin embargo estar el resultado a un nivel mucho más bajo cuantitativamente (y cualitativamente) hablando.
Lo que ha llamado profundamente mi atención es precisamente la diferencia entre lo que Allen no dice («a todos los que me han enseñado algo») y lo que sí dice («a todos los que me han enseñado a aprender»).
Allen es un gran autodidacta y yo creo que la frase es un excelente ejercicio de humildad, al tiempo que un reconocimiento abierto a un «de todo y de todos se aprende».
Hola, Sergio:
Me han encantado tus reflexiones.
«Sé más eficaz» es mi libro preferido de David Allen porque me parece que es el que mejor transmite los principios y la filosofía de GTD®
Me encanta la idea de leer tu serie sobre este libro y recordarlo contigo.
Mil gracias por recomendar mi blog.
Un fuerte abrazo!
Paz
Hola Paz,
El libro también me ha encantado, creo que es una colección excelente de consejos y que se presenta en un formato muy accesible.
Será un honor para mi contar con tus impresiones, estoy seguro de que serán sumamente enriquecedoras, y que entre todos podremos llegar «un poquito más allá» en lo que a comprender (y desmenuzar con más o menos detalle) la obra se refiere.
Al respecto de Redes Productivas, ciertamente se trata de uno de mis blogs de cabecera y no puedo menos que recomendarlo (no ya en lo que a estas entradas se refiere, sino en términos generales).
Muchas gracias por tu comentario Paz.
Un abrazo!