Llegamos esta semana al capítulo 26 de «Sé más eficaz» de David Allen. Este capítulo cierra la segunda parte y marca el ecuador del libro: El valor de una meta en el futuro es el cambio de que promueve en el presente.
Debes pensar en grandes cuestiones mientras resuelves pequeñas cuestiones, para que todas las pequeñas cuestiones vayan en la dirección adecuada. — Alvin Toffler
Como ves, el título que el autor ha elegido para este capítulo es auto-explicativo. El verdadero valor de la visión de un futuro deseado se encuentra más en las percepciones y cambios que produce a presente que en lo que pueda ayudarte a logar a futuro.
Me levanto por la mañana dividido entre el deseo de mejorar (o salvar) el mundo y el deseo de disfrutar (o saborear) el mundo. Eso plantea dificultades en la planificación del día. — E. B. White
Esa visión a futuro influye sobre lo que percibes, sientes y haces hoy. Te brinda un espacio en que esa visión se torna real y en que los posibles modos de hacer que se materialice afloran de forma espontánea. Llama a la acción inmediata.
No hagas nunca planes pequeños; no tienen la magia necesaria para excitar el ánimo de las personas y probablemente no lleguen a realizarse nunca. Haz solo grandes planes; apunta a lo más alto y trabaja con la conciencia de que un modelo lógico y noble, una vez planteado, no morirá nunca. — Daniel Hudson Burnham
Estas afirmaciones llevan a plantearse otras cuestiones…
¿Qué cantidad de recursos dedicar a visionar ese fantástico futuro que puede ponerme en marcha ahora mismo? ¿Y qué cantidad dedicar a la acción física, aterrizada y presente? ¿En qué medida una se alimenta de otra? ¿Cuál es el equilibrio adecuado entre ambas para disfrutar de una vida plena y feliz? ¿Cómo lo sabré en cada momento? ¿Cuánto de mi interior necesito para maximizar mi aporte al mundo exterior?
Si el éxito o el fracaso de este planeta y de los seres humanos dependiera de cómo soy y de qué hago, ¿cómo sería y qué haría? — Buckminster Fuller
Encontrar respuestas que satisfagan estas preguntas es un camino de vida. El examen interior y la acción exterior se encuentran unidos por tantos y tan fuertes vínculos, que tratar de aislar uno de la otra o viceversa aporta pocas respuestas. Las respuestas más valiosas se encuentran en analizar el sentido opuesto, y esto es, en cómo se relacionan hasta fusionarse convirtiéndose en un todo.
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