Una semana más me adentro contigo en un capítulo del libro «Sé más eficaz» de David Allen. En esta ocasión ya vamos a por el capítulo 13: Tú no eres tu trabajo. Debo reconocer que es uno de los capítulos que más me gustan de este libro. El mensaje que transmite es, bajo mi punto de vista, un pilar fundamental para comprender qué hay detrás de GTD® y describe el que es, sin lugar a dudas, uno de los enormes beneficios que puede aportar a tu vida.
Sé regular y ordenado en tu vida para que puedas ser apasionado y original en tu trabajo. — Gustave Flaubert
Allen comienza con un pequeño párrafo que, si conoces y aplicas la metodología, seguro que puedes ratificar con propiedad. Todo lo no reconocido, no aclarado y que por tanto sobrevuela tu mente consume una parte de ti y te mantiene alerta y en vilo constantemente. Sólo cuando lo reconoces, aclaras y gestionas de algún modo le arrebatas su poder y pasas a ponerte al mando, en lugar de permitir que te esclavice.
Prosigue con una confesión demoledora. Algunos de los mejores proyectos de Allen no han estado nunca apuntados en sus listas. ¿Cómo? ¡Herejía!
Controlar la atención significa controlar la experiencia, y, por tanto, la calidad de vida. — Mihaly Csikszentmihalyi
No es tan grave. Si continúas leyendo alcanzarás a comprender el motivo por el cual Allen comparte en «Sé más eficaz» esta confesión contigo. No es algo tan obvio de comprender (bien), pero es una confesión que puede cambiar el modo en que piensas sobre GTD®.
Por un lado, esta confesión representa a la perfección la idea detrás de una de sus veneradas frases: Sólo te puedes sentir bien con lo que no haces, cuando sabes qué es lo que no estás haciendo. Mantener un inventario actualizado de todos tus compromisos te brinda la oportunidad de tenerlos bajo control, de saber con qué te has comprometido y cuánto puede esperar.
Esto quiere decir que dentro de unos minutos, cuando termines de leer, puedes revisar tus listas y elegir ponerte a ejecutar algo en tu lista @casa. Pero también puedes elegir descansar un rato y echar una siesta. O salir al parque a jugar con tus hijos, sin que ningún recordatorio en tus listas apunte a que esas opciones también existen. Tu inventario te brinda la oportunidad de elegir con libertad qué hacer en cada momento y, al mismo tiempo, hacerlo con la total y absoluta confianza en que no existen opciones mejores o que reclamen tu atención de forma inmediata.
Cuando tengas hambre, come tu arroz; cuando estés cansado, cierra los ojos. Tal vez los tontos se rían de mí, pero los hombres sabios entienden a qué me refiero. — Lin-Chi
Y hay algo más. Allen te regala en este capítulo una frase que de ningún modo puedes pasar por alto.
Pero muchas personas pierden de vista la razón de que hagamos todas esas cosas [crear y mantener un inventario de nuestros compromisos, pensar en términos de siguiente acción, mantenerlo actualizado y utilizarlo] — David Allen
Esta frase es demoledora, fundamental si deseas avanzar en tu camino hacia el dominio de GTD®. Representa uno de los pilares básicos sobre los que se asienta la efectividad. Representa el «¿Para qué?» de hacer algo, o de hacerlo de un modo concreto. Representa la pregunta a la que debes someter cualquier cosa que decidas hacer. Todo lo que GTD® propone se asienta sobre esta pregunta y sus diferentes respuestas, y toda respuesta adecuada a esta pregunta merece ser la excepción que rompa una regla.
Así que ya sabes, el «para qué» es tu brújula y tu sistema son las velas que te hacen libre.
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