En este episodio vamos a comentar el libro “El espíritu creativo” Daniel Goleman, Paul Kaufman y Michael Ray.
Comenzamos la temporada comentando un nuevo libro que nos puede ayudar a entender de qué modo nos viene la inspiración, o cómo encontramos un nuevo enfoque para resolver un problema.
¿Os ha pasado alguna vez, que cuando estáis relajados, haciendo deporte, o incluso durmiendo, de pronto encontráis la solución a un problema al que lleváis tiempo dándole vueltas y que no habías podido resolver por mucho que buscarais la solución?
Como dicen en el libro, en esos momentos, habéis contactado con vuestro espíritu creativo.
Se trata de un libro firmado por 3 autores, aunque el principal y que nos sonará a todos es Daniel Goleman, autor de “La inteligencia emocional”. Paul Kaufman, que es un director de TV Movies y series de televisión. Ha dirigido algunos episodios de NCIS: Los Ángeles, Mentes Criminales etc., y Michael Ray, profesor de creatividad y ha sido galardonado con el primer premio a la creatividad y la innovación de la Universidad de Stanford, con lo que entendemos que sabe del tema.
Nota: En el episodio le confundimos con el cantante de country Michael Ray
Es un libro bastante denso y en cada lectura y relectura aparecen nuevos matices. Además, es bastante barato, apenas unos 10,40 € en formato físico y en digital incluso menos, con lo que aunque Daniel Goleman no nos patrocina, recomendamos su adquisición. Al resultar tan denso, nos hemos quedado con los aspectos que nos han parecido más relevantes y simplemente los que nos han llamado más la atención. Es muy posible que algún oyente que haya leído el libro o lo lea más adelante, opine que nos hemos dejado algún tema pendiente. Pedimos disculpas pero si analizamos el 100% del libro, el Podcast duraría muchas más horas.
El libro está dividido en 4 capítulos principales:
- La creatividad interior.
- La creatividad en los niños.
- La creatividad en el trabajo.
- Crear comunidad.
Estos capítulos, se subdividen en unos cuantos apéndices que vamos a ir comentando como un sólo bloque, ya que algunos de ellos tienen una extensión reducida.
El primer capítulo, La creatividad interior, está formado por los siguientes apéndices:
- Anatomía del momento creativo:
- Preparar el camino.
- Incubación.
- Soñar despiertos.
- Iluminación.
- Grandes visiones y pequeños armarios:
- Creatividad y liderazgo.
- Ser creativo en X.
- C mayúscula y c minúscula.
- El estofado de la creatividad.
- Afinidad y persistencia.
- La creatividad no tiene edad.
- Vidas y tácticas creativas:
- Atreverse a ser ingenuo.
- El arte de escuchar.
- Aprender del riesgo.
- ¿Cómo un coyote?
- La ansiedad es aliada de la creatividad.
- Expandir la creatividad:
- El flujo: el momento blanco.
- La no-mente.
- La mente como el agua.
- La mente de un niño.
Pues empezamos con la creatividad interior, primer capítulo. Para la resolución de cualquier problema necesitaremos sumergirnos en el mismo. Probablemente tengamos que reunir toda la información disponible, consultar bibliografía, etc. En este momento suele surgir la frustración, porque nuestra mente analítica, no encuentra una solución distinta de la “habitual”. Otra barrera suele surgir por la trabas y censura que nos ponemos a nosotros mismos. Es habitual pensar que te van a tomar por loco con una solución novedosa o que nunca funcionará, e incluso que la encuentres demasiado obvia. Hay que intentar por todos los medios detectar esos pensamientos negativos, esa voz crítica y evitarla. Las personas altamente creativas, consideran que gran parte del proceso creativo, lo constituye pasar mucho tiempo en la oscuridad y ser inmune al desánimo.
Una vez hemos reflexionado sobre el problema, y hemos llevado nuestra mente racional hasta el límite, necesitaremos de un período de incubación. Mientras que la preparación, es un proceso totalmente activo, la incubación, es una fase pasiva que se desarrolla en el subconsciente. Digamos que nuestra mente, sigue buscando una solución al problema, pero el subconsciente, no se pone limitaciones, ni se autocensura como hemos comentado. Las ideas pueden fluir y recombinarse de maneras distintas a las habituales e impredecibles. El conocimiento inconsciente suele manifestar como una sensación percibida de lo acertado, una corazonada. Es lo que denominaríamos, la intuición. La intuición se alimenta del enorme archivo de información que supone un libro abierto para el subconsciente. Es por ello que en cursos para preparación de exámenes, en caso de duda en una pregunta, se recomienda que se elija la primera respuesta que nos haya parecido correcta, y no la que elegiríamos después de un análisis racional.
Para la resolución de un problema, también tenemos que tener un cierto conocimiento o destreza en la disciplina que le afecta. Es decir, si no sé nada de física nuclear, no podré resolver de manera creativa un problema de física nuclear, tendré que conocer a fondo ese tema. Por otro lado, resulta muy útil “soñar despierto”. Una vez que te has sumergido en el problema, resulta muy útil dejarlo a un lado por un tiempo. En algún momento te darás cuenta que estás pensando en el problema en los momentos más extraños. Cualquier momento en el que podamos soñar despiertos y relajarnos, resulta fértil para el proceso creativo: una ducha, un trayecto en coche, un paseo en soledad, etc. La inmersión y el soñar despierto, nos lleva a la iluminación, es el momento en que salta la chispa y se nos ocurre una solución salida de la nada. Es el momento del “eureka”. La etapa final sería la transformación de esa iluminación a la realidad y cuando esa idea, se vuelve útil para nosotros y/o los demás.
Los autores del libro, hablan luego de un programa para fortalecer tu creatividad, hablan de ejercicios de relajación, de revivir las sensaciones de un momento creativo anterior, de soltarse, etc. Sinceramente, recomiendo que el que esté interesado se lea el libro. Son ejercicios específicos (incluso hablan de grabarte las instrucciones) con lo que preferimos no dar lugar a error a nadie en este tema.
Luego se comenta el tema de las vidas y tácticas creativas, y nos ponen varios ejemplos:
Alexander Fleming, cuando descubrió la penicilina. Fleming descubrió al volver de unas vacaciones que las bacterias de uno de sus discos de Petri habían muerto. Él no lo consideró un error sin más (como habría hecho otro científico) y descubrió la penicilina (aunque no era lo que estaba buscando). Este hecho, es lo que llamaríamos “codificación selectiva”, y se trata de la habilidad para separar información importante de la que no tiene valor.
Charles Darwin, estuvo recopilando datos que la mayoría de científicos de su época ya conocían, pero los organizó e interpretó de forma diferente, de forma que sustentaran su teoría de la evolución. Es lo que llamamos “combinación selectiva”.
Otra habilidad útil para la creatividad, es establecer comparaciones y analogías. Hierón, el tirano de Siracusa, desafió a Arquímedes a que dijera si su corona estaba de oro puro o había sido adulterada . Arquímedes sólo contaba con el peso del oro, pero la corona tenía una forma irregular. El reto era utilizar ese único dato sin fundir la corona. La solución le llegó cuando se bañaba y comprobó que el agua subía al meterse en la bañera. Es cuando exclamó su famoso “Eureka”, ya que sólo tenía que calcular el volumen de la corona en función del agua que desplazaba y multiplicarlo por el peso del oro puro.
Cuando la creatividad está en su apogeo, se puede experimentar lo que los atletas y actores llaman “el momento blanco”. Es cuando todo sale bien. Nuestras habilidades se adecuan de manera tan perfecta al reto que creemos fundirnos con él. Todo parece que sale sin esfuerzo. Ese momento blanco es lo que los psicólogos denominan “el fluir”. Las personas se encuentran entonces en su estado más alto. Puede darse en cualquier ámbito de actividad, el único requisito es que nuestras habilidades se adecuen a la perfección a las exigencias del momento y que desaparezca toda inhibición.
Cuando el talento coincide con las habilidades, entonces el fluir tiene más probabilidades de surgir. En ese instante, la atención está centrada en la tarea inmediata. Las personas están tan inmersas en lo que están haciendo que viven indiferentes a cualquier distracción.
El segundo capítulo, La creatividad en los niños, se divide en los siguientes apéndices:
- Nutrir la creatividad.
- Los asesinos de la creatividad.
- Los méritos del garabato.
- Los niños no son adultos pequeños.
- Placer, no presión.
- El ambiente del hogar.
- La inteligencia: una visión revolucionaria.
- Las siete inteligencias.
- Bienvenidos los aprendices.
- Escuelas divertidas que funcionan.
- La creatividad al estilo italiano.
- Más allá de la cartilla escolar.
- Museos para niños.
- ¿De dónde viene la leche? Del envase de cartón, por supuesto.
- Lenguaje y espacio.
- Odisea de la mente.
- Más allá de lo correcto y lo incorrecto.
- Nada menos que “excelente”.
Para un niño, la vida es una aventura creativa. Desde que toma conciencia del mundo exterior, el niño siente el impulso de explorar, de descubrir, de probar, de experimentar formas diferentes de manejar y mirar las cosas. La supervivencia de la sociedad, dependerá de criar niños aventureros capaces de solucionar problemas de manera innovadora. La experiencia de la creatividad durante la infancia, modelará gran parte de las futuras experiencias creativas en la edad adulta. La conciencia despierta de un niño, es comparable con el estado mental de un adulto durante el momento previo a quedarse dormido. El niño acepta con naturalidad las ideas absurdas, extravagantes, aterradoras, etc. Es decir, la conciencia del niño está generalmente más abierta a percepciones nuevas e ideas más alocadas.
Sin embargo, con la pubertad, el cerebro del niño comienza a cambiar y a parecerse cada vez más al de un adulto, y esa disposición a la creatividad que tenía, comienza a perderse. No obstante, algunas personas conservan ese estado mental parecido al de un niño. Thomas Edison, por ejemplo, dormía en un sillón sosteniendo un rodamiento en cada mano y debajo de cada brazo del sillón, colocaba un plato. Cuando alcanzaba un estado entre la vigilia y el sueño, sus brazos, al relajarse, soltaban el rodamiento que rompían el plato y le despertaba. En ese momento anotaba inmediatamente cualquier idea que se le hubiera ocurrido.
Durante la infancia, los niños tienen más neuronas que cuando se vuelven adultos. Al llegar la pubertad, experimentan un proceso llamado “la poda”, que elimina millones de conexiones neurológicas. Se piensa que los caminos neuronales que sobreviven son los que más se han utilizado durante la infancia, lo que establece su potencial de adulto. Alexander Pope comenta: “así como se dobla la tierna rama se inclinará el árbol”.
Los niños se sienten a gusto con su creatividad durante los primeros años de su vida, cuando van a preescolar, jardín de infancia e incluso en primaria, pero a partir de tercero o cuarto grado, no están tan cómodos, ni disfrutan de su creatividad. Los principales asesinos de la creatividad son los siguientes:
- La vigilancia: hacerles sentir que son observados mientras trabajan, ahoga los impulsos creativos y las ganas de arriesgarse.
- La evaluación: hacer que los niños se preocupen por cómo juzgan los demás su trabajo, cuando deberían valorar si están satisfechos con sus logros.
- Las recompensas: el uso excesivo de premios, distraen al niño del placer intrínseco de la actividad creativa.
- La competencia: poner a los niños en una situación de ganar o perder, en la que sólo uno de ellos puede ocupar el primer puesto. A los niños debe permitírseles progresar a su propio ritmo.
- El exceso de control: indicar a los niños exactamente cómo hacer las cosas, como sus tareas escolares, sus trabajos, incluso sus juegos. Implica que cualquier originalidad es un error y cualquier exploración, una pérdida de tiempo.
- La restricción de las elecciones: decir a los niños qué actividades deben practicar, en lugar de permitirles que se dejen llevar por su propia curiosidad y pasión.
- La presión: establecer unas expectativas exageradas para el aprendizaje del niño, lo que a menudo tiene el efecto contrario y produce aversión por lo que se le quiere enseñar.
El libro habla también de la limitación del tiempo. El niño tiene que tener tiempo disponible para explorar una actividad en profundidad hasta dominarla. Como padres, no tenemos muy claro si incluimos en este caso conexión a internet, videoconsolas, tablets, etc.
Tenemos cuatro poderosas herramientas para desarrollara la creatividad:
- Tener fé. Es decir, tener claro que en nuestro interior tenemos ese poder creativo. Las personas que tienen fé en su creatividad, demuestran claridad en su propósito.
- Ausencia de crítica. O sea, aprender a silenciar esa voz interior autocrítica que censura nuestras ideas.
- Observación precisa. Ver el mundo con el asombro de un niño y con la precisión de un científico.
- Preguntas incisivas: mediante preguntas, replanteamientos y cambios de enfoque, podemos llegar a soluciones más creativas. Algunas preguntas incisivas, se pueden considerar “preguntas tontas”. La única pregunta tonta es la que no se hace.
El tercer capítulo, La creatividad en el trabajo, se divide en los siguientes apartados:
- Reformar el lugar de trabajo.
- De la máquina al organismo.
- Qué podemos hacer.
- Mujeres y hombres pioneros.
- Más allá de la jerarquía.
- Cargo laboral: Leonardo Da Vinci.
- Ser dueño de los resultados.
- Lo pequeño es lo mejor.
- Escalar juntos.
- El líder como provocador.
- Adaptación para la supervivencia.
- Abejas obreras y abejas exploradoras.
- Un refugio seguro para las ideas.
- Vencer la negatividad.
- Atreverse a ser positivo.
- Valorar la intuición.
- El riesgo está en los ojos del que mira.
- Un salto de fé.
- Algo más que un simple empleo.
- Nubes en el suelo.
- Más como una familia.
- Un balance final diferente.
Este capítulo puede que sea el más polémico del libro. Aquí los autores nos explican que las empresas, necesitan cada vez empleados más creativos, empleados que posean una mentalidad independiente, que asuman riesgos al dar su opinión, que sean libres para reaccionar de forma imaginativa al cambio. Que diseñen nuevos productos, nuevos sistemas y formas de dar servicio a los clientes, etc. Cuando tanto los directivos, como los trabajadores adoptan una perspectiva creativa, el lugar de trabajo cambia radicalmente. Se valora que los empleados aprendan cosas nuevas, se desarrollen profesionalmente y expresen sus opiniones e ideas.
En nuestra opinión personal, y en base a nuestra experiencia vital, nos parece que es ciencia ficción. Por lo menos, en el sector en que Manolo trabaja, lo que más priman son los resultados y para ello, ya hay departamentos que se encargan de diseñar las herramientas con las que debes trabajar, la forma y la manera en que debes desarrollar tú trabajo. Entendemos que muchas veces prima la seguridad de la información, y de ahí que no pueda utilizar OmniFocus en el trabajo.
Dado que las soluciones creativas, requieren un compromiso psicológico de la persona, el lugar de trabajo, debe experimentar cambios vitales. Por ello existen ideas para transformar la psicología del lugar de trabajo:
- Superar la jerarquía. Se trata de aplanar la pirámide corporativa. Las empresas son más productivas, cuando los empleados que están en contacto con los clientes pueden tomar decisiones inmediatas y críticas. Hay que tener confianza en la capacidad de los empleados y de su creatividad.
- Generar un refugio seguro para las ideas. Básicamente es crear el clima para que las ideas fluyan libremente. Hay que ser receptivo y frenar el cinismo, las críticas implacables, etc. En definitiva, que los empleados se sientan libres de expresar sus ideas, hacer preguntas tontas, valorar nuevos enfoques intuitivos y tener seguridad para compartir su inspiración con los demás.
- Algo más que un simple empleo. Aquí se refieren a expandir el lugar de trabajo, para que tenga un ambiente más humano y hogareño. Incluir servicios e instalaciones como guardería infantil, etc. Cosas que al empleado le den tranquilidad y relajación mental durante la jornada laboral.
- Lo pequeño es lo mejor. La creatividad se desarrolla mejor en unidades pequeñas, parecidas a una familia numerosa. Eso implica que las grandes corporaciones deberían descomponerse en equipos de trabajo más pequeños para fomentar la creatividad.
- Abejas obreras y abejas exploradoras. Se trata de lograr el equilibrio entre empleados creativos con inclinaciones innovadoras frente a empleados que mantienen el funcionamiento de la empresa.
Y llegamos al capítulo cuarto y último, Crear Comunidad, está subdividido de la siguiente forma:
- Una interdependencia natural.
- La balada del cañón de Oak Creek.
- Rescatar un bosque tropical.
- El alivio del sufrimiento.
- Avance: reencender la esperanza.
- Altruismo creativo: de Nepal a Brasil.
- No sólo los acostumbrados negocios como de costumbre.
- La comunicación de lo sacro y lo secular.
- Enfrentar la piedra.
- Una comunidad simbiótica.
- Encender un renacimiento global de la creatividad.
- ¡Ciudadanos del monolito, rebelaos!
La parte final del libro habla de iniciativas creativas y solidarias de éxito, para ayudar en muchas zonas del planeta. El altruismo nace en nuestro interior, pero debe ser traducido a la práctica y a iniciativas concretas. El altruismo tiene que vincularse con nuestra habilidad creativa.
Se hablan de casos concretos, que no sabemos si estarán actualizados (dada la antigüedad del libro, escrito en 1992, la edición que tenemos es de 2009) y quizá alguno tenga tintes políticos con los que no vamos a entrar, por lo que recomiendo que cada uno lo lea y saque sus propias conclusiones.
“La creatividad requiere tener el valor de desprenderse de las certezas”
Erich Fromm
Pues hasta aquí nuestro comentario del libro “El espíritu creativo” Daniel Goleman, Paul Kaufman y Michael Ray.
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La sintonía del podcast es All the Fixings de Zachariah Hickman
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