Un nuevo viernes y un nuevo capítulo de «Sé más eficaz» de David Allen en la sección de análisis de nuestras páginas. Esta semana llegamos al capítulo 36 de la tercera parte del libro: Cultiva tus principios en lugar de fiscalizar tus prácticas.
El breve resumen al que Allen nos tiene acostumbrados al principio de cada capítulo de este libro comienza, en este caso, con una frase que personalmente me encanta y tengo subrayada desde mi primera lectura: Las reglas surgen normalmente por falta de claridad o de confianza en los principios.
La gente debería saber qué estás dispuesto a defender. También debería saber qué no estás dispuesto a defender. — Autor desconocido
A lo largo de este capítulo Allen profundiza en sus principios y los de su empresa. Cuando tienes que negociar esto contigo mismo, tan solo precisas reflexión. Saber qué haces, qué quieres hacer y cómo quieres hacerlo. Ese tan solo pudiera hacer que esto parezca sencillo, pero no lo es tanto. Requiere de un proceso reflexivo muy honesto que, bajo mi punto de vista, no es tan sencillo.
Sin embargo, cuando te refieres a una empresa, un grupo, un colectivo de cualquier tipo, la cuestión se complica.
Los principios y los fines claros y simples generan un comportamiento complejo e inteligente. Las regulaciones y las reglas complejas dan pie a un comportamiento simple y estúpido. — Dee Hock
Se complica porque es necesario unificar criterio. No es que unificar criterio sea complicado de por sí en según que colectivo o empresa. Si tienes una empresa y es tuya, sus principios serán los que tú determines. Sin embargo, en muchas ocasiones ser fiel a ellos por encima de muchos otros factores que también tienen su peso —en cada caso el suyo— requiere de una convicción firme.
No todo lo que puede contarse cuenta, ni todo lo que cuenta puede contarse. — Albert Einstein
Siempre es una buena idea reflexionar para clarificar y afianzar esos principios. Y hacerlo de forma reiterada. Tengas una empresa o no. Constituyen una brújula que puede evitarte terminar donde no quieres verte, y transmiten a las personas que te rodean un mensaje claro y directo sobre qué pueden o no pueden esperar de ti.
Por supuesto, resta decir que el colectivo que funciona a medio y largo plazo es aquel que comparte camino en libertad.
Hoy cerraré con otro pequeño bloque de texto del autor. Si para comenzar te he dejado una frase espectacular, este fragmento no lo es menos. De nuevo, no puedo evitar pensar en una etapa reciente de mi vida cada vez que lo leo:
Y también he cometido el error (más veces de las que me gusta admitir) de evitar conversaciones levemente incómodas con otras personas al principio y luego tener que soportar conversaciones mucho más desagradables al final.
La semana próxima, más David Allen y más «Sé más eficaz».
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